jueves, 23 de mayo de 2013

El origen del amor y su locura

Las diferentes culturas, a lo largo de la historia, se han dado a la tarea de explicar múltiples fenómenos, entre ellos, el amor, mitos y leyendas sobre su origen, sobre nuestra alma gemela.
La búsqueda de la mitad de la cual Zeus nos separó con un rayo y ahora vamos de un lado a otro sintiéndonos incompletos hasta estar a su lado; o aquel amor que sobrevive a las calamidades y envidias logrando en los amaneceres juntar a los amantes que son el sol y la luna. Así como el porque lo buscamos con locura día con día y no logramos separarnos, todo gracias a cupido que con sus flechas logra tocar nuestro corazón y de pasada se lleva el alma, teniendo un hijo llamado pasión.
Logran explicar porque el amor no vuelve locos y apasionados, pero sobre todo, nos cuentan como, los mismos dioses, han sucumbido ante él, se entregaron a pesar de los obstáculos, siendo ellos mismos parte del sacrificio de amar, para después probar las mieles de vivir, eternamente, junto al ser amado.
¿Cómo es entonces el origen del amor? Podríamos pasar la noche explicándolo, pero hagamos las cosas sencillas: cierra los ojos, respira profundo y recuerda cuando se originó TU AMOR.
Fue tal vez un día cualquiera caminando de un lado a otro; o en el mercado entre las fruterías y los puestos de flores; tal vez aquel día en que elegía algo para comprar; en el transporte público entre el contacto ajeno; en una fiesta, tal vez en una cena con o sin cómplices; en una charla casual, tal vez se originó entre cervezas, o caminando por alguna avenida, tal vez surgió cuando dos miradas se cruzaron y entre sonrisas lo alimentaron... Una vez encontrado te llenas de esa locura y te dejas llevar, te tomas de la mano de las aventuras, iluminado por las estrellas, abrasado por el sol de primavera, haces cosas que en momentos creerías imposibles, adquieres formulas mágicas que permiten al ser amado seguir a tu lado, pero ante todo, te abres a esa posibilidad que parecía nunca llegar o no existir, te permites abrir un poco más los ojos y rendirte ante los brazos del destino.
Ese preciso momento, donde dejamos de contar uno para contar en par, cuando unimos nuestros cuerpo buscando ser de nuevo aquel ser único, donde nos sentimos unidos sin estar atados.
Existen explicaciones como culturas en el mundo, nombres tan diversos y experiencias tan variadas como lenguas para pronunciarla, pero en todas la historia guarda una correlación entre el amor y la locura, porque una vez que permites que entre el amor a tu vida, sólo la locura te dará razón.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Una manzana para festejar

Cada uno de nosotros pasamos en la escuela entre 12 y 18 años dependiendo el nivel educativo al que lleguemos, hay quienes más otros menos, sin embargo la mayoría pasamos por la experiencia del conocimiento. En el camino nos topamos con directivos a quienes apenas les veíamos la cara, compañeros que lo serán toda la vida, pero sobre todo tuvimos la experiencia de querer u odiar a los profesores quienes llevan en sus manos la labor compleja de educar.
Más que halagar la docencia o satanizar el nivel de la educación en México, hoy 15 de mayo recuerdo a los profesores, que más que cariño, nos robaron el corazón, siendo un primer amor platónico.¿Recuerdas tu primer "crush" con algún  profesor (a)? ¿Que clase era?
Cada mañana despertar y llegar temprano a la escuela con una sonrisa, el uniforme impecable, hacer lo mejor posible con la tarea o pedir una asesoría se convierten en las estrategias para lograr la atención de nuestro docente objeto de deseo. Tal vez usamos lo contrario, fuimos rebeldes y malos alumnos, reprobar exámenes, llamadas de atención por no guardar silencio, todo aquello para lograr el anhelado regaño que nos haría sentir mariposas en el estómago.
¿Seria la voz? ¿La belleza? ¿La presencia? ¿Sus ideales e ideologías? ¿Unas piernas de campeonato? Algo había de especial que mientras todos tus compañeros descargaban su odio tu no  hacías más que pensar de que forma acercarte, aunque algunas veces fuera obvio, la mayoría de estos suspurios quedaron en un anonimato adolescente, con las iniciales puestas en el libro o el cuaderno así de fuerte llega el amor.
Sabes que no podrá ser, sin embargo sigues ahí lo que dura el curso y tal vez regresando del verano aquello se habrá desvanecido, pero no podemos dejar pasar este día sin recordar aquel amor estudiantil hacia un maestro, al que ahora ves, muchos años después, y más que ver los años que han pasado te remontas a aquel momento cuando sigilosamente se acercaba a tu lado, revisaba tus notas, te daba alguna palabra de aliento, dejaba su aroma en tu entorno y el polvo de gis en tu uniforme.
¡Feliz día del maestro!