lunes, 8 de abril de 2013

Ignorante


El conocimiento te dá las llaves del mundo y la oportunidad de elegir, de ir más allá o quedarte tranquilamente en tu ventana, viendo la vida pasar.
Muchos son los caminos en los que la vida nos lleva, depende de la edad, las decisiones, la escuela, la educación, la capacidad propia por aprender y conocer, así como el hambre de mundo y de saber.
Sólo a veces, me ataca un poco la melancolía y me gustaría ser ignorante, no saber que existen otros lugares, encerrarme en mi rancho, no conocer más gente que la que ya está en mi vida para evitar tentaciones, me gustaría no saber de olores, de vinos, de comida, para seguir donde mismo y no desear más, continuar leyendo la revista de sociales local, creer que lo mejor lo tengo a la mano y no aspirar a más. Bien dicen, la gente ignorante es más feliz, tropezando con los propios pies al caminar te entretiene lo suficiente para no levantar la cabeza.
¿Porqué no espere una pareja sólo por compañía? Así estaría bien, sin más, haciendo ojos ciegos y oídos sordos ante las faltas, para evitar problemas y seguir fingiendo, porque simplemente me conforme, creo que en este punto sería más feliz. Iría del trabajo a casa, sin esperar más, viviendo una falsa humildad y un goce momentáneo, donde se vive al día y no generas expectativas. Deseando ver el viernes o sábado, para salir al lugar de siempre, ver a la misma gente y actuar de la misma manera. ¿Porqué no recibo con júbilo las fiestas locales? saco mis mejores galas para encontrar con quien calmar los deseos y esperar, año con año a quien se apiade de mi y me descubra como la flor más bella del ejido. 
¿Porqué no esperar sólo que pasen los años y las hormigas vengan por mi? Para que preocuparme por un futuro incierto, para que soñar si aquello es casi imposible, para que desear y querer si eso me vuelve pretenciosa y egoísta, porque aspirar a la realización personal si eso molesta a la gente a mi alrededor y me vuelve extraño. La ignorancia provee la felicidad, porque no cuestiona, porque no enfrenta, solo nos mantiene en una pasividad envuelta en mediocridad.
Me detengo un segundo, veo a mi alrededor y la respuesta es simple, porque no me puedo conformar, no sé ser muchacha de pueblo, ni sé quedarme callada con la cabeza baja, porque no basta con ser "la otra" o tener solo momentos, porque el mundo no basta y quiero recorrerlo, porque veo mis sueños materializados en base a decisiones, porque tengo la piel marcada por convicción, porque desde el primer día que tomé una decisión no he dejado de hacerlo, porque en casa tengo el mejor ejemplo, no hay que conformarse.
Un lapsus estúpido, esencial para valorar a donde hemos llegado, un momento de debilidad que reafirma mis convicciones, tal vez no he cambiado de residencia, aún no soy famosa, no tengo negocio propio o he escrito un libro, sin embargo soy dueña de mi vida, cosa que no muchos pueden afirmar.
Por cierto, una disculpa por el lapsus, volví en mí cuando vi mi boleto a NY :D
No hay sueños imposibles, sólo hay que aprender a soñar.

2 comentarios:

  1. Ahijuesuuuu!! "volví en mi cuando vi mi boleta a NY...", qué forma tan humilde volver en ti! :)

    ResponderEliminar