Negar la cursilería de febrero es como querer tapar el sol
con un dedo, por lo que me uno a las muestras de afecto, con una serie de
cartas, escritas con remitente, pero destinatario pendiente, inspiradas por musas
ausentes o presentes, que provocan que este corazón siga latiendo.
Amor mío
Estas fechas son buenas para recordar, para escribir nuestra
historia, recordar detalles y maravillarnos con lo que el destino ha puesto en
nuestras manos. Relatar el día en que mis ojos se posaron en ti, el momento en
que la respiración se detuvo por un instante dando paso a un suspiro. Ese día
hacia un poco de viento, tal vez fue lo te acerco a mi camino como las hojas en
el otoño, parecía ser un día común, tanto como sus antecesores, pero la tarde
hizo su magia, el destino tiró las cartas y yo caí en el juego, ese del que ya
no quiero salir, porque a final de cuentas, estoy ganando.
Diría que el tiempo se detuvo, pero fue todo lo contrario,
en ese instante donde estuve junto a ti el tiempo pasó demasiado rápido, quise
quedarme prendada de tus ojos, de tus labios, esos labios que En ese momento no
fui consciente de muchas cosas, solo sabía que tenía a una bellísima mujer
frente a mí con la que estaba hablando.
Creí que el furor por el encuentro seria momentáneo como esa sensación de efectividad al ver
fuegos artificiales que se apaga cuando caen al piso. Volví a casa y tenía un
sabor a flores en la boca, una sonrisa que se alzaba a la menor provocación y
los ojos llenos de tu imagen.
La calma sobrevino y con ella la idea de lo pasajero, pero
una mañana, no más que un par de días después, la imagen tuya me tomo por
sorpresa, me quede helada, sorprendida por la exaltación de mi corazón al
amanecer contigo en mi mente, mi sonrisa que hace doler mis mejillas, el brillo
en los ojos, las mejillas sonrojadas y la evidente muestra de que, a partir de
ese día, mi vida no sería la misma.
Hubiese corrido hacia ti en ese instante, pero solo sabía tu
nombre y que el destino nos había reunido, dude si seguir con la idea de
encontrarte o seguir mi camino y quedarme contigo solo en sueños, la respuesta
fue sencilla, me puse mis mejores galas, eche mano de figuras, formas, fondos y
personas, logrando estar de nuevo frente a ti, dándote la bienvenida formal a
mi vida, estrechando de nuevo tu mano mientras que trataba de llegar a tu
corazón.
El camino no fue sencillo, charlar contigo se volvía una
odisea, no podía más que observar tus labios, la voz me temblaba e hilar frases
coherentes sin sonrojarme fue toda una tortura para quien dice, domina el
discurso.
En resumen así fue encontrarte, así se sintió verte a los
ojos y darme cuenta que no había existido, ni existirá, otra como tú, ese
momento donde el aire me falto y toda mi vida tomó sentido, ese momento donde
los tropiezos anteriores se vuelven anécdotas de drama musical, justo en ese
punto, me di cuenta que lo que dicen he cierto, cuando llega, sabes que es
ella, lo sientes y lo vives sin importar las circunstancias, cuando llega el
amor, no nada que pensar, porque sólo se trata de sentir.
Te veo y agradezco que sigas a mi lado, siendo la luz, el
oasis, las flores, mi cielos, mi lluvia, mi anochecer y mi despertar, por ser
mi sonrisa, mi tic nervioso, mi mueca, mi guiño, mis canas y mis arrugas,
gracias por ser el buen vino, la película romántica, los momentos especiales y
los cotidianos, agradezco que seas mi todo y ser lo mismo para ti.
Te escribe la que lleva tu nombre tatuado en el
corazón y tu imagen proyectada en mi destino, te escribo con estas letras que
son tuyas, como toda yo...
WOW... pobre del remitente no pronunciado, leer esto y saber que puede estar tu nombre en la carta sin que lo esté debe ser difícil de asimilar.
ResponderEliminarCosas que pasan, no poder pronunciar nombre por ausencia de valor, no mío, sino de los amores callados...
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