martes, 6 de noviembre de 2012

Es la historia de un amor...

...Como no hay otro igual...
Solemos pensar en el amor como el romance en pareja, vivimos en la búsqueda de aquella persona que comparta con nosotros, que tengamos compatibilidad y nuestras diferencias se complementen. Pero existe otro tipo de amor, que cumple con un montón de características, sin embargo, que tiene una pureza mayor que el amor de pareja, es el de los amigos...
Me enamoré hace más de 7 años, de un joven lleno de vida y creatividad, que me abrió un mundo hasta ese momento desconocido, que fue capaz de mostrarme una perspectiva nueva y refrescante de algo que parecía tan ajeno a mi. Me habló de música, de arte, de moda y literatura, compartimos ideas e ideales y el amor floreció, pero a veces el destino nos juega de una manera secreta, nos separó un día de  julio hace miles de noches, pero el amor fue más fuerte, nunca nos separamos y lo que pareciera un obstáculo (tiempo y distancia) se volvió una razón para creer, una razón para continuar caminando hasta el punto en el que nuestros caminos volvieran a juntarse y así fue, un día de octubre la vida nos vuelve a poner de frente, nos abrazamos, nos tomamos de la mano y fingimos que el tiempo no ha pasado, aunque las dolencias corporales digan lo contrario, para mi sigues teniendo 26...
Cambiaron los escenarios, cambió el idioma y el horario, pero las charlas, las bromas, las risas fueron las mismas; ya no fue el "tierra roja" ahora fue la 5ta, ya no nos vimos en "la plaza" ahora caminamos juntos Central Park.
Contigo conocí el amor, ese sentimiento puro, que te llena de energía y te hace creer que la vida es maravillosa, contigo conocí lo mejor de ti y lo mejor de mi, que se juntan para hacer una combinación única y llena de vigor.
Tienes razón, el tiempo no ha pasado, ya que, en el fondo, seguimos siendo los mismos enamorados que nos conocimos hace más de mil noches, que creamos nuestro mundo donde desayunar con Audrey, escuchando a Eydie, beber un martini con Carrie y modelar en la pasarela con Galliano fue parte de lo cotidiano y que ahora nos hace volver a soñar, sentados en una banca, comiendo las delicias que NY nos prepara y esperando llegue el verano y después el invierno donde tomados de la mano, viviremos nuevas aventuras.
Gracias por este amor que lo vivo cada día, con cada mensaje y cada llamada, con cada película y recomendación culinaria, gracias por ser mi confesor, mi maestro, mi hermano, mi niño... te amo, porque tu no inspiras menos que amor... ¡Gracias Carlos!