domingo, 24 de abril de 2011

Antisocial



¿Por qué a mi? ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Comienza mi viacrucis, justo al terminar Semana Santa, noches en las que el sueño se verá violentado, mis días serán más largos y el ruido no se hará esperar: las fiestas patronales.
Hoy es el primer día de 15 y ya tengo la adrenalina a tope, no han dejado de quemar pólvora en todo el día (cada dos horas a partir de las 6:30 am) ¿será que creen que por cada cohete son más dignos del cielo?
Al acontecimiento religioso, debemos sumarle la parafernalia de los desfiles, el alcohol, la música de banda, los sonidos de los automóviles y las cientos de gentes que se aglomeran en las calles... pff! definitivamente me he vuelto un poco antisocial.
Los hombres se lucirán con atuendos de vaquero y las damas sacarán del clóset la ropa nueva y los tacones más altos, una lucha por llamar la atención y lograr obtener una cita, una pareja o por lo menos la diversión de una noche, aunque esto conlleve a matrimonios en el mes de junio y bebés "prematuros" que nacerán en enero...
Trataré de seguir con la normalidad de mi vida, procuraré hacer un poco de meditación para aislarme de esta vorágine en mi adorada burbuja y pasar las fiestas patronales sólo con un par de desvelos y la promesa de que el próximo año, viviré más lejos.
En fin, así es el folklore mexicano, tan bello para los turistas, tan colorido y lleno de vida, pero ruidoso y cansado, para quienes lo vivimos cada año.

sábado, 23 de abril de 2011

El arcoiris...

Se viene la tormenta, justo cuando ya sólo queda la llovizna, aparece el arcoiris, tan bello que nos impacta, cual canto de sirena nos atrapa y tan fugaz que sólo deja un recuerdo... 
El mismo efecto pueden tener ciertas relaciones en nuestra vida, relaciones cuya duración es menor a la de un suspiro, pero que a su paso dejan huella y sobre todo, porque al final, en el momento que ya no existe, nos afecta la separación, más que por la persona con quien compartimos, es la sensación de vacío que se desprende de "no tener a alguien", ese ente sin nombre que juran nos hará feliz y viviremos a su lado por siempre.
Tratamos de sobreponernos a una decepción de forma rápida para no quedarnos estáticos en un mundo que sigue girando. Nos mantenemos al margen para evitar crear expectativas y justo cuando tenemos una gran noticia viramos al lado para compartirla y estamos solos, frente a una vida que compartir...
Después de la tormenta la calma, luego sale el sol (y nos ponemos locas, locas) en el inter, podemos toparnos con un arcoiris, que nos recordará que por muy independientes que seamos, en el fondo queremos una "independencia compartida", no se trata de utopías románticas o mi visión del amor a los 26, es la naturaleza humana de amar y compartir.





P.D. Gracias a mi amiga cibernética, por compartirme su experiencia y alimentar al ratón que ya esta despertando del coma..