miércoles, 1 de junio de 2011

Del odio al amor, sólo hay un perfume

Hace un par de semanas, desperté con la alegría que me caracteriza (sobre todo a las 7 a.m.) y me dispuse a comenzar mi día, aunque mis sábanas me pedían lo contrario, un buen baño y una taza de café después me mentalicé para trabajar, sin tomar en cuenta las situaciones inesperadas que ese día iban a suceder.
Dos horas después, entra el ánima en pena que vaga por las oficinas, sin embargo, a su paso deja una estela de aroma que me erizó la piel, me puso nerviosa y no pude mirarla a la cara...
Después de tan aventurada confesión, me puse a averiguar la influencia del sentido del olfato en el proceso de enamoramiento sexual, encontrando datos como que el olor lo capta diferente cada persona, así como la fijación de fragancias tiene sus particularidades, lo siento para quienes compraron el perfume de Lucia Méndez esperando resultados mágicos, en fin, que más que la vista, es el olfato lo que nos guía hacia la búsqueda de pareja por las reacciones cerebrales que produce.
Ahora mis opciones se reducen, me resigno a vivir engripada o con la nariz congestionada, aguanto la respiración cada vez que el ánima entre o me dejo embriagar por su aroma, que produce reacciones hasta ahora olvidadas en mi. En lo que decido que hacer, juro, por el osito bimbo, que a mi próxima novia le comprare un tambo de ese perfume, esperando lograr el mismo efecto... juro que a las 8 a.m. no me caía bien, pero dos horas después no pude quitarla de mi mente.

3 comentarios:

  1. nada como oler la carne de tu presa antes de abalanzarte sobre de ella con una mordida jajaja

    claro que, en ambiente de oficina mejor amarrate a un poste

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  2. Bueno y cuando es tu jefa que te digo!!! a rasgar paredes!!!!

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  3. lo unico triste es cuando la vista rompe el sutil encanto del olfato y te llevas una sorpresa desagradable, ni hablar...

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