Dos horas después, entra el ánima en pena que vaga por las oficinas, sin embargo, a su paso deja una estela de aroma que me erizó la piel, me puso nerviosa y no pude mirarla a la cara...
Después de tan aventurada confesión, me puse a averiguar la influencia del sentido del olfato en el proceso
Ahora mis opciones se reducen, me resigno a vivir engripada o con la nariz congestionada, aguanto la respiración cada vez que el ánima entre o me dejo embriagar por su aroma, que produce reacciones hasta ahora olvidadas en mi. En lo que decido que hacer, juro, por el osito bimbo, que a mi próxima novia le comprare un tambo de ese perfume, esperando lograr el mismo efecto... juro que a las 8 a.m. no me caía bien, pero dos horas después no pude quitarla de mi mente.
nada como oler la carne de tu presa antes de abalanzarte sobre de ella con una mordida jajaja
ResponderEliminarclaro que, en ambiente de oficina mejor amarrate a un poste
Bueno y cuando es tu jefa que te digo!!! a rasgar paredes!!!!
ResponderEliminarlo unico triste es cuando la vista rompe el sutil encanto del olfato y te llevas una sorpresa desagradable, ni hablar...
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