martes, 10 de mayo de 2011

Las madres y la psicologia

Es inevitable el mes de mayo, hablar sobre la madre, en este caso sobre la importancia en nuestro desarrollo psicosocial, como la primera relación que establecemos con el mundo. La forma en que pensamos, nos dirigimos y tomamos decisiones va en relación con lo que vivimos en primera instancia con la madre.

Por un lado, podríamos culparlas de todo cuanto nos pasa y lo que somos, por lo que hacemos o dejamos de hacer; pero más que señalar o buscar culpables, y como Poncio Pilatos, lavarnos las manos, es conocer la trascendencia de su presencia en nuestra vida.

Dentro de la gama de posibilidades, hay madres castrantes, permisivas, obsesivas, mitómanas, compulsivas, hipocondriacas, pero todas con un toque de drama. Gritonas y con unos ojos que doblegan al más duro. Ausentes, sobreprotectoras, a veces maníacas y otras veces depresivas…

Son evidentes algunas patologías, errores o decisiones inadecuadas, montones y montones de reproches que salen de nuestra boca cada vez que creemos están en nuestra contra, pero ¿hemos visto el otro lado de la moneda?

La madre como el primer agente de apego y por lo tanto proveedor de seguridad para el infante, desde el darnos de comer y mantenerse a nuestro lado por lo menos los primeros 40 días de nuestra vida (y en el pensamiento en todas las noches de su vida).

Su capacidad histriónica nos enseña la expresión de emociones, cuando llorar o reír y cuando callar y mejor agachar la cabeza, esto no es más que los límites que debemos aprender para poder socializar de una manera sana.

El aprendizaje es parte importante en la relación con la madre, ya que, de tanto repetirnos las cosas terminamos por aprenderlas o hacerlas (conductismo puro). Desarrolla nuestra inteligencia haciéndonos encontrar el mejor pretexto y sobre todo el escondite perfecto para nuestros tesoros.

Un ángel o el demonio personificado, aliada o peor enemiga, la madre tiene la culpa de todo lo que nos pasa, tiene la culpa de que vivamos, de que pensemos y sobre todo del tipo de persona que somos y si nos gusta a quien vemos en el espejo demos un paso atrás, no seamos maleducados y demos las gracias, ¡que así no lo enseñó nuestra madre!

3 comentarios:

  1. me gustó mucho tu texto

    sobre todo porque dices algo que bien se puede acoplar a la historia de todos, sin importar si su madre está ausente, presente o incluso ignorada (inútilmente) por ellos mismos

    en mi caso yo me alegro de tener la madre que tuve, y sí.. creo que es normal eso de reprocharle cosas, pero, nada realmente importante a final de cuentas

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  2. Simplemente esplendido....Felicidades.

    Rifo a mi madre, quien la quiere? jajajaja

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  3. Juan Pablo: Gracias por el comentario, trato de escribir en base a mi experiencia, pero redactarlo de tal manera que cada uno se sienta identificado... espero seguir mejorando.

    Kymer: Me da gusto que te gustara :P poco a poco voy retomando los hilos en la expresión de ideas.
    A mi madre, no la rifo, la vendería, pero no hay cifra que cubra su precio... :P

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